¿Alguna vez pensaste en el impacto de tus palabras?
Hace unos días, me encontré con este rincón que me removió por dentro: un parque donde desconocidos se reúnen… simplemente para hablar.
No se conocen.
No buscan likes.
Solo necesitan hablar
Solo quieren ser escuchados.
Sentir que su voz tiene eco en alguien más.
En un mundo donde todos hablan, pero pocos escuchan, esto me pareció revolucionario Ese letrero tan sencillo me dio a entender que la comunicación sigue siendo nuestra herramienta más poderosa.
“El 60% de los problemas empresariales son consecuencia de una mala comunicación.” —Peter Drucker
No es exagerado. Liderar implica persuadir, inspirar, corregir, alentar… y todo eso empieza con palabras. Pero no cualquier palabra: palabras que nacen del silencio y del arte de escuchar.
Cuando nos sentimos escuchados, nuestro cerebro libera oxitocina: la hormona del vínculo y la confianza. Y al contrario, cuando sentimos que nuestras palabras impactan, nos retroalimentamos para seguir dando lo mejor de nosotros.
4 ideas para comunicar mejor:
1. Escuchar con los ojos: no solo oír palabras, sino captar emociones, intereses necesidades y expectativas y en función a ello redefinir la conversación.
2. Elegir bien el silencio: a veces, la pausa dice más que la mejor frase.
3. Hablar con propósito: comunicar no es decir lo que piensas, sino lograr que el otro entienda lo que necesitas transmitir.
4. Aprender a callar: “Me gusta quien elige con cuidado las palabras que no dice.” —Alda Merini
Las palabras correctas en el momento correcto pueden hacer toda la diferencia. Lo curioso es que cuando compartes una pena, se divide, y cuando compartes una alegría, se multiplica. Hay que conversar, siempre. A lo mejor le debes una conversación a alguien muy querido. A lo peor, luego no estará. Tenla ahora.
¿Te animas a poner más foco en cómo te comunicas… y en cómo escuchas?