Lima 2024: entre los problemas de limpieza y una mala calidad de vida
El mes de mayo culminó con una desmejorada imagen de Lima. La otrora ‘Ciudad de los Reyes’ hizo noticia por tener un centro histórico a merced de la basura. El Paseo Colón, la avenida Emancipación, la avenida Alfonso Ugarte, la avenida Wilson, el Jirón Quilca, el Jirón Chancay, el Jirón Washington, el Jirón de la Unión, el Jirón Zepita, el Jirón Junín, el Parque Neptuno, la Calle Belén, la Plaza Ramón Castilla, la Plaza 2 de mayo, entre otros puntos, tuvieron como común denominador los montículos de residuos (plásticos, cartones, desechos de comida, etc.) en las pistas y aceras, a vista de los transeúntes, incluyendo turistas extranjeros.
Lejos de tratarse de una exageración, la crisis de la limpieza del Cercado de Lima puede verse en la cuenta de Instagram de Lima Antigua, un interesante proyecto fotográfico de Vladimir Velásquez, quien hace varios años da cuenta de las condiciones de la ciudad. En dicha cuenta pueden apreciarse diversas imágenes que evidencian los lamentables paisajes de una capital que dista de ser una potencia mundial o estar en camino. A ello se suman las diversas notas que han salido en los medios de comunicación donde los vecinos denuncian cada vez más puntos de concentración de basura y la limitada capacidad de reacción de las autoridades.
Según se pudo conocer este lunes 3 de junio, el origen de este grave problema fue el despido de aproximadamente 800 operarios de la empresa responsable del recojo de desperdicios en el Cercado. Si bien al cierre de este artículo la Fiscalía en Materia Ambiental de Lima Centro tomó la decisión de iniciar un procedimiento preventivo contra aquellos que incumplan las normas de manejo de desechos sólidos y se ha exhortado a que la subgerencia de Servicios al Ciudadano tome medidas correctivas inmediatas, el daño a la imagen de la ciudad ya está hecho.
Pero esto no acaba aquí. Una segunda lamentable noticia que involucra a la capital es que según la clasificación de IQAir, empresa de origen suizo de tecnología de calidad del aire, Lima ocupa el segundo lugar en la lista de las ciudades con peor calidad del aire. Por si fuera poco, supera ampliamente los niveles de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En medio de las críticas al alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, por la intención de invertir casi 13 millones de soles en la implementación de un servicio de transporte y traslado de personas a través de coches tipo calesa tirado por caballos, lo cierto es que urge una reformulación de las prioridades que se tienen.
Para que una ciudad logre captar más turistas necesita ofrecer condiciones mínimas se seguridad y limpieza, dos aspectos que actualmente están lejos de tener un estándar adecuado. La Municipalidad de Lima no puede minimizar este hecho o victimizarse por las críticas que recibe diariamente. El problema de la basura, por ejemplo, no nace en la esfera política. Está relacionado a la mala gestión que se tiene.
Si somos más críticos, a las imágenes de los problemas de limpieza, se le puede sumar una mayor proliferación de ambulantes en puntos cercanos al Parque de la Exposición, Mesa Redonda, Barrio Chino, entre otros, lo cual no ocurría en años, o un descuido en el mantenimiento de monumentos, tales como el pedestal de Francisco Bolognesi o el de Juana de Alarco de Dammert, que se han convertido prácticamente en urinarios públicos.
Antes que desarrollar propuestas como la implementación de calesas o construir sistemas de teleféricos, necesitamos rescatar a Lima de la inmundicia. A partir de ser una ciudad más limpia y segura, lo que permita ofrecerle una mejor calidad de vida a sus ciudadanos, se puede ser más ambicioso con los proyectos turísticos, los mismos que no son descabellados, pero que necesitan de condiciones básicas para ser realmente atractivos. ¿O es acaso que preferimos que los turistas tengan un paseo a caballo o una vista panorámica de la ciudad, así ello signifique que el grueso del paisaje sea de basura y delincuencia? ¿No sería mejor ofrecerle al turista la tranquilidad de poder caminar y disfrutar del encanto de un centro histórico bien conservado?