Estado de emergencia: la gestión del tráfico aéreo en Perú
Perú volvió a ser una fábrica de pésimas noticias vinculadas al turismo. Si hace una semana los bloqueos en el Santuario Histórico de Machu Picchu pusieron los reflectores hacia nuestro país por las miles de denuncias de turistas que quedaron varados en Machu Picchu pueblo, en esta oportunidad la ineficiencia de Corpac y el peligroso poder del sindicato de controladores aéreos fueron los protagonistas en el cierre de enero y principios de febrero.
En menos de cinco días, más de 6000 pasajeros se vieron afectados por 120 vuelos retrasados debido a la ampliación del tiempo de espera para el despegue de aviones en diversos aeropuertos, principalmente en el Jorge Chávez. Esta situación fue documentada de una manera muy completa por el periodista de investigación Paolo Benza en su cuenta de X (aquí pueden ver el hilo).
Si bien la gestión del tráfico aéreo ya se regularizó, la situación que se vive es crítica y obliga a que la opinión pública presione por medidas urgentes y enérgicas por parte del Gobierno para terminar con el ineficiente manejo de Corpac, tanto por cuestiones de seguridad nacional, pasando por la posibilidad de contar con un buen servicio, así como por el deterioro de nuestra marca país, la cual sigue siendo resquebrajada por este tipo de noticias que se generan. Insistiré con la siguiente reflexión: ¿quién querría pasar sus vacaciones en un destino donde no hay seguridad con respecto al cumplimiento de itinerarios, ya sea para tomar a tiempo un vuelo o para realizar un tour?
Ante este panorama, a continuación, se brindan algunas reflexiones sobre cómo se podría remediar esta problemática, tanto en el corto como en el mediano plazo.
1) ¿Es saludable concentrar el poder de la operatividad del tráfico aéreo en un solo actor?
La cronología periodística excepcional de Paolo Benza reveló el gran poder que tienen los controladores aéreos en la toma de decisiones operativas, lo que puede provocar disputas y disminuir la eficacia del servicio. Si en el trágico accidente de noviembre del 2022, donde perdieron la vida tres bomberos, quedó evidenciado el mal manejo de la gestión en la torre control debido a la libertad con la que trabajan los controladores aéreos, en esta nueva crisis se evidenció las enormes repercusiones que causan sus decisiones, las cuales son arbitrarias y no existe un contrapeso que pueda remediarlas en el corto plazo.
Por ello, una primera medida que debería adoptarse es disminuir el poder de influencia de las decisiones del sindicato de trabajadores de tráfico aéreo, ya que no solo afectan la operatividad de un servicio crítico a nivel nacional, sino que pueden volver a poner en peligro la vida de los viajeros y de las personas que laboran en los terminares aéreos.
La reciente decisión que tomó el Ministerio de Transportes y Comunicaciones para volver a eximir a Corpac de aplicar protocolos de fatiga por dos meses es muy cuestionable considerando los antecedentes que existen, pero tiene un impacto práctico en el corto plazo: lograr que la operatividad del servicio retorne a cerca del 100 %. Sin embargo, en el fondo la señal es clara: se evidencia el enorme poder del sindicato de trabajadores al lograr que se cumplan sus demandas.
Por ello, se necesita tener un contrapeso para futuras negociaciones y un plan de respaldo que evite más escenarios de demoras masivas o cancelaciones por la huelga de los operarios de tráfico aéreo. La contratación de personal extranjero podría ser una alternativa a considerar.
2) Privatización de Corpac
En los últimos días, la idea de privatizar Corpac ha generado debates. Algunos defensores sostienen que la administración privada podría mejorar la eficiencia, la modernización y la agilidad en la toma de decisiones. Sin embargo, la privatización también puede percibirse de manera negativa por algunos sectores de la población, al pensar que se prioriza el beneficio económico sobre la calidad del servicio y la seguridad. Sin embargo, ante lo ocurrido en los últimos meses debo decir que sí es recomendable realizar una privatización por lo siguiente:
- La privatización de Corpac puede aumentar la eficiencia operativa y la agilidad en la toma de decisiones. Las empresas privadas suelen enfocarse en la eficiencia y la rentabilidad, lo que podría resultar en una gestión más flexible y ágil. En un entorno tan dinámico como el tráfico aéreo, donde cualquier demora puede tener consecuencias significativas, es esencial tener la capacidad de tomar decisiones rápidas y eficientes.
- La competencia en la gestión aeroportuaria puede impulsar la calidad de los servicios. Al estar impulsadas por la competencia, las empresas privadas están más motivadas a brindar servicios de alta calidad y mejorar la experiencia de los diferentes usuarios (gobierno, aerolíneas y pasajeros, principalmente). Esto podría resultar en aeropuertos más eficientes y con mejores servicios al cliente y, en general, una experiencia de viaje más agradable.
- La privatización podría reducir la politización de la gestión aeroportuaria. Existe el riesgo de que las decisiones operativas de las instituciones que están bajo la administración del gobierno sean influenciadas por consideraciones políticas en lugar de criterios técnicos y operativos. Al ser administradas por entidades privadas, se podría reducir este peligro, lo que permitiría una toma de decisiones más imparciales y centradas en la eficiencia y la seguridad.
Ahora, es importante señalar que, a pesar de los múltiples beneficios de la privatización de Corpac, es fundamental que este proceso se realice con transparencia y se garantice la seguridad operativa. Además, se deben establecer medidas para salvaguardar los intereses de los usuarios y garantizar que la gestión privada cumpla con los estándares nacionales e internacionales.
3) Eficiente supervisión gubernamental
El fortalecimiento de la supervisión gubernamental es esencial para garantizar una gestión eficiente y segura de la privatización de Corpac. Este punto es crucial para abordar las posibles preocupaciones de seguridad, equidad y transparencia en la gestión aeroportuaria.
Para mejorar la supervisión gubernamental se requiere la implementación y cumplimiento de estrictas regulaciones, las mismas que deben abordar temas importantes como la seguridad operativa, la calidad de los servicios, la protección de los derechos de los usuarios y la transparencia de las operaciones. La creación de un marco regulatorio sólido es esencial para dirigir y supervisar las operaciones de la entidad privatizada para garantizar que cumpla con los estándares más altos.
Por otro lado, la supervisión gubernamental debe enfocarse en asegurarse de que la privatización de Corpac no comprometa la seguridad en la aviación, ya que es una prioridad absoluta. Las autoridades gubernamentales especializadas en aviación deben llevar a cabo auditorías y revisiones regulares. Estos controles deben evaluar la conformidad con los protocolos de seguridad, la capacitación continua del personal y la implementación eficiente de tecnologías de vanguardia para prevenir incidentes.
Para mantener la confianza de los actores de la industria y del público en general, es fundamental ser transparentes. La supervisión gubernamental debe garantizar que las decisiones operativas y financieras de Corpac sean transparentes y fáciles de comprender. Esto incluye la publicación regular de auditorías externas e informes financieros para evaluar la eficiencia y la integridad de las operaciones. La transparencia también promueve la rendición de cuentas al permitir que las partes interesadas evalúen el desempeño de la entidad privatizada.
Finalmente, la privatización de Corpac implica fortalecer la supervisión gubernamental. Este proceso debe enfocarse en establecer un marco regulatorio sólido, garantizar la seguridad operativa, promover la transparencia y proteger los intereses de los usuarios. Para que la privatización tenga éxito, es necesaria una supervisión efectiva que garantice que el espacio aéreo peruano cumpla con los más altos estándares de seguridad y eficiencia en beneficio de todos los involucrados.