Educando en un mundo de Inteligencia Artificial (IA)
En el marco del lanzamiento de GPT-4 y en medio del crecimiento exponencial de los contenidos que analizan o dan consejos sobre cómo se puede sacar múltiples provechos de la Inteligencia Artificial en labores que van desde la elaboración de textos, pasando por el diseño gráfico, hasta la corrección de fórmulas de Excel, es pertinente analizar el impacto que tiene esta tecnología en el sector educación.
Y es que, si bien hay innumerables beneficios de la IA, hay una realidad: ¿cómo estas facilidades que nos otorga la tecnología moldearán los hábitos, la capacidad crítica y la visión profesional y de vida que tenemos las personas?
En este artículo me centraré en la educación posgrado y la formación especializada en negocios para señalar que la IA ha transformado la manera en que los estudiantes aprenden y los profesores enseñan, lo que ha llevado a una mayor eficiencia y efectividad. Por ejemplo, en lo vinculada a la metodología de enseñanza, la IA permite que las escuelas de negocios ofrezcan cursos más personalizados y adaptados a las necesidades individuales de cada estudiante. A su vez, la IA es capaz de analizar los patrones de aprendizaje de los estudiantes, identificar sus fortalezas y debilidades, y proporcionar recomendaciones personalizadas para mejorar su rendimiento académico. Con ello, se puede lograr una enseñanza que permita solucionar problemas específicos que tengan los alumnos y puedan aplicar de manera inmediata los conocimientos aprendidos. Así, se pone fin a los programas genéricos que solo dan un conocimiento general, pero que no atienden situaciones específicas o puntuales.
Por otro lado, la IA tiene un impacto significativo en la forma en que los estudiantes interactúan con los contenidos. Ahora tienen mayores referencias de las que permite un simple buscador y pueden incluso vencer a la “página en blanco” para la realización de informes. También disponen de una base interesante para la formulación de planes de marketing, campañas de comunicaciones e incluso presupuestos.
Ahora, estas facilidades demandan que las escuelas de negocio y los profesores tengan que exigirse para tener exámenes, trabajos y proyectos más avanzados que requieren un mayor nivel de análisis y pensamiento crítico. De esta forma, con la IA, los profesores pueden diseñar exámenes y trabajos que evalúen la capacidad de los estudiantes para analizar información, identificar patrones y formular soluciones creativas a los problemas. Con ello ya quedó obsoleto el simple hecho de colocar información y realizar diagnósticos. Ahora se necesita un mayor juicio crítico para dar verdaderas soluciones a problemáticas o contextos sociales / de negocios por los que atraviese un negocio.
Desafíos por afrontar
Si bien hemos expuesto diversos beneficios de la IA, esta tecnología también presenta desafíos en la capacitación de los profesores y que ello se refleje en una mejora del modelo de aprendizaje. En esta línea, los profesores deben ser capacitados en el uso de la IA y en cómo integrarla de manera efectiva en la enseñanza, tanto en la información que brindan en sus clases, en las dinámicas de aprendizaje, en el uso de herramientas para buscar una mayor integración o participación de los estudiantes, así como en el proceso de evaluación. De esta forma, los profesores deben estar dispuestos a adaptarse a los cambios en el modelo de enseñanza y estar abiertos a nuevas formas de aprendizaje, incorporando a las nuevas tecnologías y evitando la prohibición de estas, ya que se evidenciaría una escasa visión de lo que ocurre en la actualidad.
Si uno reflexiona sobre si la IA reemplazará a los profesores, es poco probable que ocurra en un futuro cercano. ¿La razón? Los docentes ofrecen un valor añadido a los estudiantes al proporcionar un enfoque humano en el proceso de aprendizaje y al ofrecer orientación y retroalimentación personalizada. Además, son capaces de establecer relaciones con los estudiantes y brindar un apoyo emocional y motivacional que la IA todavía no puede proporcionar. Sin embargo, lo que si puede ocurrir es que exista una depuración de aquellos profesores que no incorporen a la IA dentro de su esquema de enseñanza y se priorice a aquellos que sí lo hagan.
La IA llegó al mundo de la educación y su uso seguirá creciendo. Es un deber de los docentes aceptarla y utilizarla para mejorar su metodología de enseñanza, que permita la formación de profesionales más capacitados y con un mayor juicio crítico. La transmisión de conocimientos se truncará si los docentes no tienen la capacidad para elevar la exigencia en el análisis y en fomentar un aprendizaje más didáctico y ameno.