Entre la intolerancia y el activismo: las marcas en el contexto político peruano
En medio de un polarizado proceso electoral, diversos negocios, empresarios y profesionales realizaron mensajes a través de sus redes sociales donde mostraron una posición política. En sí, este hecho no debería causar mayor objeción ni crítica, siempre que se guarde el debido respeto por los demás. Sin embargo, se produjeron contenidos que evidenciaron poca tolerancia o fomentaron una división entre los peruanos, lo cual generó una ola de comentarios negativos hacia las marcas y personas implicadas, siendo uno de los casos más icónicos el de un hotel canino que se manifestó en contra de las “familias comunistas”.
En un contexto donde aún nos encontramos con un tenso clima político y social, más allá del fin de los comicios, es importante que tanto las marcas como los profesionales o empresarios que están detrás de ellas tengan mucho cuidado a la hora de comunicarse sobre temas políticos y sociales. Con ello no se trata de desincentivar el debate o que no se marque una posición determinada, pero es muy diferente hacer activismo en favor de una causa social (la lucha contra el racismo, el fomento hacia el empoderamiento femenino, etc.) que invalidar una ideología o postura política, por más que no se comparta.
El brindar mensajes que confronten o generen polarización sobre un tema determinado puede tener un efecto boomerang y generar un impacto negativo, haciendo que la marca o la persona que los brinde se muestre como intolerante, agresiva o poco comprensiva. Es así como se puede indisponer a un gran segmento de personas que no eran el público objetivo inicial del mensaje a ya no consumir los productos o servicios que se brinden.
¿Cómo marcar una posición, siendo auténtico y generando un impacto positivo?
Si una marca o persona desea realizar un auténtico activismo en favor de una causa, necesita reflexionar sobre si sus valores se alinean a la misma y hay coherencia entre lo que se dice y hace. Esto también se conoce como Value statement (declaración de valores), que es el conjunto de promesas funcionales, emocionales y de autoconocimiento, que relacionan implícita y explícitamente a la marca con su público objetivo.
Estos valores deben reflejarse de manera clara en el plan y modelo de negocios, ya que solo así se podrá transmitir una verdadera filosofía que esté respaldada por las acciones que se tengan a lo largo del tiempo y no solo por mensajes ocasionales en redes sociales. Es a través de las acciones recurrentes que se puede garantizar un respaldo del público, ya que se forja una reputación, que no es una moda por sumarse a una tendencia.
Otro aspecto a señalar es que la mejor manera de transmitir una postura es a través de la empatía y valores positivos que persigan el bien común. Justamente, una marca que viene trabajando de esta manera es Unión, que es muy activa al buscar la unidad de los peruanos a través del respeto por nuestras diferencias y respaldándose en sus prácticas de alimentación saludable, calidad de sus productos y prácticas de responsabilidad social.
A manera de conclusión, diría que en un contexto complejo como el actual, las marcas en el Perú deben apoyar a construir un país con más puentes y menos divisiones, a través de acciones y mensajes que alienten a la unión, al respeto por los demás y al diálogo. Hoy más que nunca necesitamos del apoyo de todos para lograr una sociedad más empática, solidaria y que busque el bien común, más allá de las diferentes formas de pensar que tengamos.