La fijación de tarifas en el servicio de taxi
Este post comienza relatando dos anécdotas reales ocurridas en los últimos días en la ciudad de Lima y en la ciudad de Guadalajara, en México. Ambas tratan de dos servicios de taxi realizados a ciudadanos extranjeros; uno de ellos, negociando la tarifa antes de tomar el servicio y el otro, utilizando el taxímetro.
En Lima, un taxista le plantea a un ciudadano extranjero la siguiente
tarifa: “le cobro 25 Nuevos Soles desde Larcomar (en Miraflores) hasta
la Universidad ESAN (en Surco), y si quiere que vaya más rápido le cobro
30″; como referencia un taxi seguro le puede cobrar entre 18 o 20
Nuevos Soles -y 16 si es tarifa corporativa- y un taxi de la calle entre
12 o 14 Nuevos Soles, y bien regateado probablemente menos.
En
Guadalajara, un taxista de sitio le propone a otro ciudadano extranjero
cobrarle 100 pesos (aproximadamente S/.20) desde Plaza México (en
Monraz) hasta el Tecnológico de Monterrey (en Zapopan), cuando éste le
indica que le pagaría lo que marque el taxímetro, el taxista coloca
deshonestamente la tarifa nocturna indicando que ésta regía a partir de
las 7 de la noche (información falsa, debido a que la tarifa nocturna
rige a partir de las 10 pm.). Al final del servicio, utilizando la
tarifa de día -como debía de ser- el taxímetro marcó 72 pesos.
Esta
mala práctica utilizada por los taxistas no es exclusiva de estas dos
ciudades, sucede y peor en otras ciudades en el mundo -y que no suene a
consuelo. Tampoco se trata del valor monetario que representan los 5 o
10 Nuevos Soles de diferencia en las tarifas sino de resaltar la
deshonestidad presente en la fijación de tarifas en estos casos
aprovechando el desconocimiento de la ciudad de los visitantes
extranjeros.
Probablemente, cuando uno está en otro lugar lo que
más aprecia es la seguridad, en otras palabras, llegar al destino sano y
salvo; y por ello estamos incluso dispuestos a pagar un poco más, pero
en ambas situaciones ese no era el caso. El visitante -y también el
habitante local- no debe sentirse estafado, debe sentirse seguro y
sentir confianza en quienes le brindan los diferentes servicios en el
destino.
En otros países, las guías turísticas (online y offline)
hacen públicas las tarifas de los taxímetros indicándole al usuario la
tarifa que debería exigir: si es la tarifa diurna o nocturna, si es un
día festivo e incluso si es en zona urbana o en carretera.
Quienes
brindan el servicio de taxi -formales o no- y otros servicios deberían
tener mayor consciencia turística, ser honestos con el visitante e
incluso hacer un esfuerzo adicional en el servicio demostrando su
profesionalismo. Debemos además considerar que el trayecto en taxi es
una de las pocas experiencias que los visitantes tienen para interactuar
con la población local y conocer la idiosincrasia de un país.
¿Está
usted de acuerdo que la formalización del servicio de taxis, la
implementación de taxímetros, la publicación y difusión de tarifas, y la
ampliación de una red de servicio público eficiente daría más confianza
y seguridad al usuario?