PRÓXIMA CRISIS: EL PAPEL DECISIVO DEL DIRECTORIO
Los directorios enfrentan un entorno de volatilidad persistente, especialmente en países donde la inestabilidad política, económica y social como la inseguridad y las huelgas son comunes. Las dinámicas del comercio global y las alianzas cambiantes siguen generando disrupciones significativas en las estrategias empresariales. A esto se suman desafíos internos como ataques de ransomware, desastres ambientales y cambios inesperados en la dirección ejecutiva. En nuestro país, la complejidad se intensifica por la inestabilidad económica y política, afectada por problemas limítrofes, lo que convierte a la crisis en un desafío constante.
Para enfrentar este panorama, las empresas están adoptando programas de resiliencia integradores que combinan la gestión de crisis, la continuidad del negocio y la recuperación ante desastres. Estos planes deben funcionar coordinadamente para que la organización pueda manejar disrupciones imprevistas y así continuar operando a pesar de la incertidumbre.
Antes de la crisis
Los planes de respuesta deben ser documentos vivos que se actualicen constantemente. Las organizaciones deben considerar factores específicos como la volatilidad política y los desastres naturales frecuentes. Los directorios deben asegurarse de que estos sean adaptables y reflejen aprendizajes anteriores, tanto internas como de otras compañías en el mercado.
Elementos de un plan de gestión de crisis efectivo:
- Involucrar a un equipo multifuncional
- Identificar líderes de gestión de crisis y definir roles y responsabilidades
- Definir un proceso de escalamiento
- Establecer prioridades de recuperación ante desastres
- Incluir asesores externos y estrategias de comunicación, considerando el impacto de las redes sociales
- Realizar pruebas regulares y evaluaciones de desempeño postcrisis
En países como Perú, donde los riesgos de terremotos y otros desastres naturales son altos, la integración entre los planes de respuesta, continuidad y recuperación es indispensable para lograr una resiliencia operativa eficaz.
Escalamiento oportuno al directorio
Cuando ocurre una crisis, el directorio debe ser informado de manera oportuna. Esto resulta especialmente relevante, ya que esta situación puede intensificarse rápidamente debido a factores externos como la inestabilidad política o incluso por un tema de competencia.
Ejemplos de desencadenantes:
- Eventos que resulten en lesiones personales críticas
- Daños severos a la propiedad de la empresa
- Impactos financieros significativos
- Desconexión de sistemas críticos
- Atención negativa significativa en redes sociales
Además, las organizaciones deben realizar simulaciones que aborden no solo ciberseguridad, sino también disrupciones en la cadena de suministro, desastres naturales, entre otros escenarios. La retroalimentación de estas pruebas ayudará a identificar brechas en el plan de respuesta.
Durante la crisis
La forma en que los directorios ayudan a la gerencia a navegar una crisis es determinante. Las respuestas mal gestionadas pueden causar un daño duradero a la reputación y la marca. En nuestro país, esto es particularmente relevante dado el entorno mediático y la rápida difusión de información en redes sociales.
Una estrategia de comunicación efectiva es crucial. Las empresas deben contar su propia historia y manejar la narrativa para evitar que los rumores se propaguen. Los directorios deben desafiar y validar la estrategia de comunicación de la gerencia, asegurando que sea adecuada para todos los grupos de interés.
También deben asegurarse de que se consideren las necesidades de todos los interesados, incluidos los colaboradores, quienes son defensores clave de la organización. En contextos, donde las relaciones laborales pueden ser tensas, la comunicación interna es tan importante como la externa.
Después de la crisis
Una vez superada la crisis, es vital realizar una revisión exhaustiva para identificar lecciones aprendidas y ajustar el plan de respuesta. Esto puede implicar una evaluación de las causas raíz, y si se requiere una investigación independiente. Los directores deben entender las causas y discutir con la gerencia cómo se puede mejorar el plan de respuesta. En lugares, donde las crisis pueden estar ligadas a factores externos como la política o el clima, es importante considerar evaluaciones externas objetivas para obtener perspectivas diferentes.
Esta revisión debe involucrar una discusión abierta sobre cómo respondió la empresa. Las preguntas clave incluyen si el equipo fue adecuado, si el plan fue efectivo, y si las comunicaciones fueron claras y oportunas. Contar con una estrategia de respuesta sólida es fundamental para que los directorios tengan confianza en la capacidad de la gerencia para manejar futuras crisis. Estos eventos deben ser contextualizados en un marco de gestión de riesgos y cumplimiento como parte de una estructura robusta de gobierno corporativo.
En nuestro país, donde estas situaciones adversas pueden ser más frecuentes y complejas, una planificación sólida puede considerarse una ventaja competitiva y comparativa. Los directores, con su experiencia, pueden asesorar a la gerencia, asegurando que el plan no solo sea efectivo, sino también adaptable a las condiciones locales. Una preparación fuerte no solo protege a la compañía, sino que también puede fortalecer su posición en el mercado. Bien dice el argot popular empresarial: “En tiempos de crisis, la preparación es la diferencia entre el caos y el control.”.
Fomentemos organizaciones que fortalezcan sus estructuras y construyan futuros sostenibles.