SOCIEDAD, INDIVIDUO E INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Un Estado libre es aquel donde la autoridad no reside en ninguna persona en particular, sino en la ley misma. Algo similar sucede en las empresas corporativas y con ciertas excepciones en organizaciones familiares.
Desde el punto de vista macro, muchas veces vemos que el ordenamiento jurídico o marco de la ley no es suficiente para lidiar con situaciones excepcionales que amenazan la estabilidad y orden del Estado. En ese sentido, esto podría llevar a tomar decisiones que devienen en ineficientes y/o antieconómicas por la oportunidad en que se toman.
Por otro lado, a nivel micro, la situación no cambia mucho comparado con lo descrito líneas arriba. Cuando las empresas se desarrollan en un ambiente inseguro: orden jurídico, cadena de suministros, producción, ingresos y/o personal, entre otros; la gobernanza o buen gobierno corporativo entra en conflicto y deja de operar de manera normal y funcional. Si una de las variables mencionadas falla, ya sea por razones exógenas o endógenas a la organización, lo primero que va a generar es un ambiente de caos y confusión, luego vendrá el momento de reflexión sobre lo que se hará y finalmente la decisión a tomarse.
¿Cómo aprovechar el poder de la inteligencia artificial?
Estando ya en la era de la inteligencia artificial (IA), hay muchas razones por las que los líderes empresariales se entusiasmen con ella, empezando por su poder y facilidad de uso, incluyendo la IA Generativa (IAG). Sin embargo, como con cualquier tecnología reciente, también hay nuevos riesgos potenciales, denominados emergentes, que pueden impactar negativamente en el cumplimiento de los objetivos organizacionales y que, de no contar con planes de acción / controles específicos, podrían traer consecuencias negativas para la organización.
Para aprovechar el poder de la IAG y gestionar dichos riesgos, que impulsen resultados sostenidos y generen confianza, es necesario una IA responsable, pero ¿a qué hace referencia exactamente este término? Es la metodología diseñada para permitir su uso ético y confiable, lo cual siempre ha sido importante, pero se ha vuelto crucial y crítica en esta etapa inicial de implementación, por lo que representa y tiene que ver con la gobernanza o gobierno corporativo de las empresas. En la implementación de esta tecnología, los siguientes temas, entre otros, tienen que ser tomados en cuenta:
-¿Cómo se está fortaleciendo la capacidad estratégica y prospectiva de nuestras organizaciones considerando el impacto de transformación digital en general y la IA / IAG en particular?
-¿Somos conscientes de cuáles son nuestros stakeholders actuales y sus expectativas considerando el impacto de la IA / IAG?
-¿Qué piensan los accionistas minoritarios respecto de la transformación digital en la organización?
-¿Estamos siendo socialmente responsables en la aplicación de IA / IAG?
Ahora, con la IAG se pueden utilizar comandos de lenguaje sencillos y algoritmos, entre otros elementos, para crear códigos de software, análisis de datos, textos, vídeos, voces similares a las humanas, espacios de metaversos y más. Adicionalmente, a medida que transcurra el tiempo, se espera que este poder transforme las funciones, modelos de negocio, así como las industrias mismas.
La IAG ya está siendo utilizada por más personas y no solo por especialistas de datos, para agregar valor, aumentar la productividad, apoyar la toma de decisiones y reducir costos, entre otros aspectos. Los casos de uso en que se están aplicando hoy en día incluyen:
-Mejoramiento de la automatización y la personalización en el servicio al cliente.
-Automatización de tareas de gran volumen, como procesar reclamaciones o escribir cierto código de software.
-Proporcionar resúmenes de apoyo y análisis de documentos comerciales, reuniones y comentarios de los clientes.
Si actualmente se tiene un programa de IA fuerte y responsable, los esfuerzos de gobernanza probablemente ya hayan marcado muchos de los nuevos desafíos de la IAG. Aun así, hay áreas puntuales a las que hay que prestar mucha atención y pasos clave a considerar al aplicar este proceso en un entorno tecnológico que está evolucionando a una velocidad que no estamos siendo capaces de gestionar.
Por ello, es relevante que los directorios consideren al menos las siguientes seis áreas que deben ser prioritarias en una estrategia de IAG y que desarrollaremos en próximas publicaciones:
1. Supervisar el equilibrio de los riesgos y beneficios de la IA
2. Gestionar el alineamiento de la estrategia de IAG con la estrategia digital
3. Centrarse en la experimentación con miras a escalar
4. Gestionar el pensamiento estratégico sobre las ganancias de productividad
5. Colocar a las personas en el centro de la estrategia de IAG
6. Comprender su ecosistema para desbloquear beneficios potenciales
Finalmente, respecto a este tema abordado, novedoso por ahora y polémico en algunas aristas, una de las preguntas críticas que surge es: ¿el ordenamiento jurídico está a la par con todo lo que la IA / IAG conllevan? Al parecer, no y ese es el gran reto para los legisladores, puesto que el avance de la tecnología no espera y, adicionalmente, algo muy importante que se debe tomar en cuenta es que no todo debe ponerse necesariamente en el altar de la hiper-digitalización.
“Lo que todos tenemos que hacer es asegurarnos de que estamos usando la IA de una manera que sea en beneficio de la humanidad, no en detrimento de la humanidad” (Tim Cook, Apple Inc.).