Teoría del Caos y Gobierno Corporativo
La teoría del caos fue concebida a mediados de los sesenta por el Profesor Edward Lorenz, matemático y meteorólogo del Massachusetts Institute of Technology – MIT. En palabras simples, dado que este espacio no trata de temas matemáticos o físicos, podemos decir que esta teoría indica que la presencia de pequeñas diferencias, que podrían ser infinitesimales, en un sistema dinámico como el comportamiento de una acción o de la Bolsa de Valores en su conjunto, pueden generar resultados muy diferentes a lo que se espera.
Pocos años después, asociado a la teoría del caos se enuncia la teoría del efecto mariposa que sostiene que todo, de alguna manera, está interrelacionado y que, hipotéticamente, lo que sucede en alguna parte del planeta puede afectar en el lado opuesto de éste.
Ahora, ¿qué tienen que ver estas teorías que más se prestan para una discusión académica matemática o física y hasta filosófica con el concepto de gobierno corporativo que sí forma parte de nuestros ámbitos empresariales de competencia?
Diría que absolutamente todo, dicho de otra manera, estas teorías hay que tenerlas muy presentes en el continuo desempeño de una buena gobernanza corporativa o administración empresarial, basada fundamentalmente en cinco aspectos críticos:
- Fortalecimiento de la capacidad estratégica y prospectiva, en términos de contar con políticas holísticas que incluyan a todas las unidades de negocios de la organización, así como presupuestos razonables y retadores
- Identificación de los principales grupos de interés (stakeholders), tales como: accionistas, directores, plana gerencial, colaboradores, clientes, proveedores, órganos reguladores/supervisores, comunidad, potenciales inversionistas, competidores, organismos internacionales, prensa y medios en general, entre otros
- Rendición de cuentas, en términos de la adecuada cobertura de las expectativas de los stakeholders antes mencionados, proporcionando información exacta, objetiva, válida, oportuna, completa y comparable
- Trato equitativo entre todos los accionistas, protegiendo principalmente los intereses de los denominados minoritarios
- Consideraciones y gestión de los factores Ambientales, Sociales y de Gobernanza – ASG, íntegramente alineados y ajustados a los lineamientos estratégicos establecidos
Los sistemas administrativos de toda organización se asemejan más a modelos matemáticos lineales que a dinámicos, es decir, si en un proceso administrativo alguien realiza algo o deja de hacerlo, el resultado a obtenerse será aquel que se espera que se va a dar. A lo que no se está dando la importancia debida al momento de diseñarse y aprobarse las estrategias, presupuestos y planes respectivos, es al efecto e impacto de algunos eventos críticos – riesgos emergentes, tales como el cambio climatológico, aspectos geopolíticos en nuestra cadena de suministro, ciberataques, cambios regulatorios y/o aparición de nuevos competidores, entre otros; y cómo éstos pueden afectar el desarrollo de las operaciones “normales” de la empresa, lo cual nos lleva directo a la teoría del caos y su efecto mariposa.
En este sentido, al momento de preparar los planes nos debemos preguntar si, a nivel macro, algún evento que está sucediendo al otro lado del mundo va o podría afectar nuestras operaciones o, a nivel micro, si alguna acción u omisión trivial que alguien dentro de la organización está haciendo, puede tener un efecto importante a un corto, mediano o largo plazo, para así poner los candados necesarios para evitar o minimizar el(los) riesgo(s) asociado(s). De ahí la gran importancia de seguir las políticas, procedimientos y manuales de normas y funciones, previamente diseñados y actualizados permanentemente, en aras de la gobernabilidad y buen funcionamiento empresarial.
Ya Raimond Thomas Dalio lo dijo en su libro “Principles” (página 455): “Todo lo que he dicho (haciendo referencia a los principios de vida y de trabajo, entre otros temas) será inútil si no tienes una buena gobernanza. Como sabemos, una adecuada y apropiada gobernabilidad comprende el sistema de supervisión que podría eliminar a las personas y los procesos si no están funcionando bien. Es el proceso que verifica y equilibra los diferentes niveles de poderes organizacionales para asegurar que los principios e intereses de la comunidad como un todo siempre se colocan por encima de los intereses y el poder de cualquier individuo o facción. Porque el poder gobernará, el poder debe estar en manos de personas capaces, personas en roles clave que tienen los valores correctos, hacen bien su trabajo y controlarán y equilibrarán el poder de los demás”.
En ese sentido, es relevante considerar que los beneficios que logra un buen gobierno corporativo no son teóricos o conceptuales, son tangibles y van desde el propio orden interno de la organización, en la que cada una de las partes sabe perfectamente cuál es su rol: “rayar bien la cancha” hasta las preferencias de los usuarios finales y el cumplimiento del ordenamiento establecido para tal efecto, cuidando siempre los riesgos emergentes y sus potenciales impactos si no los gestionamos adecuada y oportunamente.
Recordemos que “El caos es el elemento natural de nuestro mundo contradictorio y nuestro reto como líderes, a través de la gobernanza, es minimizarlo y administrarlo”.