Paradojas del liderazgo
Los cambios vertiginosos que estamos viviendo en este momento, en temas como la salud, gobierno y muchos más, nos obligan a reevaluar urgentemente las habilidades del líder. El contexto actual incrementa el riesgo de generar daños a las organizaciones, instituciones y a la sociedad en general, por lo que la actuación de los líderes es de vital importancia.
En ese sentido, los líderes enfrentan, entre otros, dilemas críticos y urgentes, así como sus paradojas:
- Localista de mentalidad global. Durante el siglo XX, los líderes corporativos establecían relaciones y administraban fuerzas laborales en diferentes países imponiendo sus propios modelos culturales, haciendo que esta imposición del modelo organizativo se torne ineficaz en una comunidad con una identidad e idiosincrasia distinta, dificultando así la tarea de liderar globalmente. Dos ejemplos actuales de ello son el impacto y manejo de la pandemia de acuerdo con estándares de otros países, y gobierno de turno, que puede implicar cambios en el modelo económico y política gubernamental, impactando la forma de hacer negocios. En estos casos el “arte” radica en ser capaz de aprovechar el poder de la organización para operar en ambientes locales de incertidumbre y desconocidos para de esa manera continuar con los negocios.
La paradoja radica en la necesidad de arraigarse en el mercado local y, a la vez, estar conectado con el mundo. En este caso el líder desea tener la capacidad de negociar entre lugares, aprender a operar efectivamente en cualquier parte, enfrentar desafíos tanto locales como globales y aprovechar el poder de la organización para operar en lugares desconocidos.
- Política e integridad. Muchos problemas globales son interdependientes y se solucionan mediante un conjunto amplio de partes interesadas con una variedad de puntos de vista legítimos y diferentes. Con más jugadores en la mesa, la competencia política se vuelve cada vez más importante.
La paradoja es que, en un entorno profundamente político, la integridad del líder es crítica, puesto que las personas a veces pueden perderla ya que para lograr que los planes se lleven a cabo dedican mucho tiempo a satisfacer las necesidades de otras, abriendo una ventana para posibles fraudes. Las personas seguirán a alguien en quien confían, que predica con el ejemplo, que es consecuente y consistente en los mensajes dentro de una fuerte cultura de cumplimiento: no es posible declarar ser una empresa socialmente responsable y no pagar los impuestos, o cobrar precios inmorales por bienes esenciales en tiempos de pandemia y un lamentable y largo etcétera.
- Humilde y héroe. Teniendo en cuenta que estamos en medio de una crisis política y sanitaria, y el impacto que estas tienen en el comportamiento y procesos organizacionales, la mayoría de las decisiones probablemente sean incorrectas, por lo que liderar se vuelve particularmente difícil. La velocidad del cambio requiere líderes que puedan decidir y actuar, pero que también tengan la humildad para reconocer los límites de sus habilidades, el coraje para admitir sus errores y exigir a los demás que hagan lo mismo. En medio de la incertidumbre, inestabilidad y ausencia de información, se torna crítica la toma de decisiones sobre bases ciertas, la definición del apetito y tolerancia al riesgo es básica en estos contextos, de tal manera que dejar los negocios al mero “ensayo y error” podría ser desastroso.
Aquí la paradoja es que cada vez más líderes sienten que necesitan comportarse como héroes, irradiando confianza en estos tiempos que provocan ansiedad. El liderazgo en este contexto requiere la capacidad de recibir consejos, pedir ayuda cuando sea necesario y tomar decisiones basadas en una variedad de aportes, sobre la base de información cierta. Los líderes necesitan una gran capacidad de recuperación personal para admitir cuando están equivocados, aceptar que otros cometan errores y fomentar la confianza en toda la organización para estimular el éxito continuo.
- Ejecutor y estratégico. Problemas globales urgentes como las megatendencias y la adaptación de las operaciones comerciales al mundo digital ejercen presión sobre los líderes para que los resuelvan de inmediato. Sin embargo, la responsabilidad de un líder también es mirar hacia el futuro y tomar decisiones hoy para resolver el problema inmediato y preparar a la organización para los años siguientes. Esto requiere una mentalidad estratégica y visión para saber hacia dónde se dirige el mundo. El éxito de cualquier estrategia está en su ejecución, pero primero debe visualizarse y luego ajustarla dinámicamente a medida que el mundo cambia mientras se lleva a cabo.
La paradoja es que, por lo general, las personas se inclinan por la estrategia o la ejecución. El enfoque más poderoso es utilizar los desafíos de hoy para configurar organizaciones exitosas en el futuro. Ejecutar sin estrategia incrementa la probabilidad de una crisis más significativa en los años siguientes. Sin embargo, la paradoja es que también es ineficaz dedicar una cantidad desproporcionada de tiempo a pensar en el futuro y perder la necesidad de ejecutar ahora. Los líderes deben ser estratégicos, traer el futuro al presente para resolver los problemas de hoy con el mañana en mente.
- Humanista y tecnológico. En un mundo donde las reglas de disrupción y la tecnología están reemplazando a parte de la fuerza laboral humana, es crucial identificar cómo nuestros talentos y la automatización de las actividades pueden trabajar juntas de forma efectiva y eficiente.
La paradoja es que tradicionalmente, aquellos con capacidades técnicas no adquieren las habilidades para comprender las necesidades de las personas o cómo liderarlas; asimismo, quienes tienen la responsabilidad de las personas no siempre entienden el impacto que tiene la tecnología en el negocio y en la fuerza laboral, perdiendo oportunidades estratégicas críticas para conducir hacia el futuro. El papel del líder es dirigir y fomentar el éxito del negocio y, al hacerlo, ofrecer un futuro mejor para su gente. En el contexto actual, eso significa equilibrar el conocimiento técnico con un enfoque en los talentos, que es el mayor activo.
- Innovador y tradicional. Hoy en día, la innovación y la transformación digital no son negociables, ya que son la fuerza que impulsará a la organización hacia nuevas áreas, tecnologías, métodos, productos y servicios. Para guiar sus decisiones, los líderes deben comprender por qué existe su organización, qué mandato se está cumpliendo con su presencia y qué los hace exitosos. Esto implica enfrentar desafíos urgentes, mirar al pasado para dirigir su crecimiento, estar dispuestos a probar cosas nuevas y no sentirse abrumados con el fracaso.
La paradoja es que es tentador ser tradicional y seguir ejecutando las cosas que haces bien, perdiendo así las oportunidades que te ayudarán a seguir siendo relevante. Esto requiere capacidad de respetar el pasado (tradición) y decidir qué se debe llevar al futuro, al mismo tiempo tener el coraje de probar cosas nuevas y superar nuevos límites (innovar).
El desafío que enfrentan los líderes en todos los estamentos de la sociedad es reconocer que estas paradojas existen y aprender a sobrellevarlas, distinguiendo las situaciones reales de las imaginarias. Nuestra sociedad necesita personas que se pongan de pie y lideren en todos los niveles de las organizaciones siempre sobre la base de una robusta estructura de gobierno corporativo, riesgos y cumplimiento; diseñando así la sociedad que queremos. Recordemos que “la mejor manera de predecir el futuro es creándolo” (Peter Drucker).