Toma de decisiones en tiempos de pandemia
El proceso de toma de decisiones implica la elección de una acción que consideramos la mejor, entre muchas otras, para alcanzar los objetivos y metas trazadas. Se sabe que la efectividad de las decisiones empresariales está correlacionada con la calidad de información con la que se cuenta. Al respecto, prácticamente a dos meses y medio de empezar el año se han cambiado casi todas las variables que formaban parte de dicha “calidad de información” que teníamos cuando preparábamos los planes y presupuestos para este año 2020. Es decir, toda la hoja de ruta que trazamos para recorrer el camino del presente año ha perdido vigencia.
Debemos reflexionar y tomar medidas estratégicas inmediatas sobre qué hacer con el presupuesto aprobado, evaluar las nuevos acontecimientos y potenciales impactos con respecto a nuestra industria y empresa en particular; para lo cual habrá que responder algunas preguntas relacionadas con las ventas proyectadas, clientes, inventarios, proveedores, tesorería, gastos generales y recursos humanos. ¿Es realista mantener el nivel estimado de ventas? ¿Qué hacer con los márgenes? ¿Qué va a pasar con los proveedores? ¿Es necesario negociar mayores plazos de crédito? ¿Los niveles de inventario que maneja su organización son suficientes?
En este proceso de respuesta y contención al llamado “coronashock” debemos ser extremadamente imaginativos y creativos para elegir la acción adecuada que asegure nuestra sobrevivencia empresarial, así como las expectativas de nuestros grupos de interés.
Este es un ejercicio que debe ser realizado ya, porque luego será muy tarde. No espere hasta el 12 de abril (o algunos días más) para trazar el nuevo plan. Esta es una tarea de gran dificultad para tanto para el directorio como para la plana gerencial, pero ya debería estar en marcha.
Recordemos a Albert Einstein: “Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia”.