¿Por qué los directorios necesitan conocer la cultura de su empresa?
Como sabemos, en el mejor de los casos, la cultura corporativa generalmente soporta una adecuada transferencia de la estrategia empresarial; sin embargo, una mala cultura corporativa puede dañar seriamente la marca e imagen de la organización.
La cultura de una empresa abarca las creencias, usos y costumbres que influyen en cómo actúan los gerentes y empleados. Asimismo, permite predecir la manera en que una empresa tratará a sus principales grupos de interés, como su personal, clientes, proveedores, entre otros. En pocas palabras, es la base de “cómo se hacen las cosas”. No obstante, algunos suelen reparar en la cultura empresarial solo cuando algo sale mal, como en los escándalos que involucran acusaciones de acoso sexual, fraude o corrupción.
Poco a poco las empresas están tomando consciencia del papel que juega la cultura al momento de respaldar la capacidad de evolución, innovación y desempeño de una empresa. De hecho, su importancia es tal que debe considerarse un activo, pues además de fomentar la agilidad e innovación empresarial, ayuda a atraer y retener talento. Además, si se encuentra estrechamente alineada con la estrategia de la organización, la cultura se convierte en un poderoso facilitador del éxito.
Lamentablemente, no todos los líderes ven el potencial de la cultura. Algunos aún la consideran un obstáculo para lograr sus objetivos clave; y esta visión puede desencadenar riesgos reputacionales y financieros para la empresa.
Al ser un activo estratégico, la cultura organizacional debe ser evaluada, rastreada y monitoreada por los directorios. Si bien no es una tarea sencilla, los siguientes pasos pueden guiar a los directores en el camino.
Primero, se debe partir por solicitar a la alta gerencia una evaluación sobre la cultura de la organización, considerando rasgos como la inclusión, aceptación, orgullo de la empresa, la cautela, foco en las personas y en las relaciones, entre otros. Luego, al revisar los resultados se debe poner especial atención a la estrategia: ¿Nuestros rasgos culturales apoyan la estrategia? ¿Qué rasgos son más importantes para ejecutar el plan estratégico? ¿Qué comportamientos crearían la cultura que queremos? ¿Qué se interpone en el camino?
Con esa información clara, el siguiente paso sería definir las métricas para monitorear la cultura, independientemente de si el objetivo es mejorarla o mantener sus fortalezas. Estas métricas deben estar alineadas, al menos en cuatro categorías: comportamiento, reputación, gente y desempeño.
Ahora, si bien esta evaluación la haría el directorio, el enfoque en la cultura debe ser integral. Sin embargo, muchos sostienen que entender y evaluar la cultura de su empresa es difícil, no solo por su naturaleza intangible, sino también porque el directorio suele tener una visión limitada de la empresa. Entonces, ¿qué debe hacer un directorio para ir más allá de la intuición?
Sin una comprensión clara de la cultura de su empresa, los directores tendrán dificultades para determinar si están ayudando a la organización o si es necesario realizar cambios. Para lograr esta tarea aparentemente difícil de alcanzar, los directores deben reconocer que se puede identificar la cultura, evaluándola y monitoreándola periódicamente, pero no de una forma intuitiva:
- Observando el “tono” de la gerencia general y sus gerencias de línea CEO
- Identificando cómo los líderes interactúan dentro y fuera de la sala de juntas
- Interactuando con las personas clave: dentro y fuera de las tres líneas de defensa
Optimizar y reconvertir la cultura organizacional, hacia una que represente verdaderamente el nivel de madurez y realidad de la compañía, puede transformar su empresa en una de las mejores de su sector, con un fuerte diferenciador que le otorgaría ventaja competitiva y comparativa.
Finalmente, la receta secreta para la supervivencia empresarial comprende el establecimiento de un adecuado modelo de gobierno corporativo, que comprende el fortalecimiento de la capacidad prospectiva y estratégica, la identificación de grupos de interés, la información, el trato equitativo del accionista minoritario y la responsabilidad social corporativa en términos económicos, sociales y medio ambientales. Todos estos aspectos sin duda forman parte de la cultura organizacional.
Recordemos a Muhammad Ali Jinnah: “No creo en tomar la decisión correcta. Yo tomo una decisión y la convierto en correcta”.
Nancy N. Yong Chung
Socia Advisory
Risk & Regulatory / Forensic