Corrupción en las áreas de relaciones públicas y comunitarias
Hoy más que nunca, las compañías que se relacionan con comunidades como parte del desarrollo de su actividad empresarial han tomado conciencia del riesgo reputacional que enfrentan si no poseen una estrategia adecuada para llevar a cabo acercamientos con las entidades oficiales que representan a las comunidades. Este proceso debe ser parte de las políticas de responsabilidad social e incluir una mejora continua del sistema de control interno del área de relaciones públicas y comunitarias.
Actualmente, el manejo y relacionamiento con las entidades oficiales implica un alto riesgo de corrupción, más aún si las empresas no tienen un ambiente de control interno basado en el comportamiento ético. En este escenario, se podría caer en actividades sospechosas que evidencien un sistema de control interno débil y de fácil quiebre.
Muchas compañías invierten poco en el desarrollo de trabajos especiales que permitan al departamento de auditoría interna y/o control interno verificar la existencia de riesgos significativos de control interno y de fraude. No obstante, otras también necesitan saber cuál es el nivel de exposición frente a situaciones de corrupción y qué tan débil están los sistemas de control interno que aplican para mitigar riesgos claves.
Los diagnósticos bajo objetivos específicos pueden responder a esa inquietud, permitiendo así desarrollar un mejor entendimiento de los procesos y el momento en que los controles son débiles y sujetos a quiebre. Para ello, se debe mantener el foco en tres aspectos esenciales:
En proyectos de gestión comunitaria, la problemática más común es de carácter estratégico y operacional, debido a la ausencia de bases de datos actualizadas sobre las comunidades estratégicas, compromisos no formalizados o la falta de un equipo multidisciplinario que brinde soporte en el desarrollo de los proyectos sociales, entre otros.
Por otro lado, la problemática tributaria y financiera también representa un riesgo; por ejemplo, en caso de desconocimiento de la diferencia en el reconocimiento de gastos de responsabilidad social y reconocimiento de donaciones para fines tributarios, el poco control en el registro contable de este tipo de gastos o la falta de comunicación entre las áreas de relaciones comunitarias y contabilidad y finanzas.
Bajo estas situaciones, la probabilidad de errores voluntarios o tentación para cmeter actos de corrupción son bastante altas y las empresas deberían tomar acción de manera inmediata para prevenir este tipo de situación. Caso contrario, enfrentarían un riesgo reputacional muy fuerte. Recordando a Luis de Bonald: “Los hombres son pervertidos no tanto por la riqueza como por el afán de riqueza.”