El Buen Gobierno Corporativo como mecanismo de protección de intereses internos y externos de una empresa
Una empresa debe su existencia –principalmente– a sus accionistas, quienes aportaron el capital y/o los bienes necesarios para que esta pudiera iniciar sus operaciones; no obstante, su funcionamiento y subsistencia en el tiempo no es solo responsabilidad suya, sino que es una labor compartida con el Directorio, las gerencias, los trabajadores y los diversos grupos de interés con los que se relaciona la empresa debido a sus actividades y características particulares.
En esa línea, el Buen Gobierno Corporativo (BGC) es uno de los atributos fundamentales de una organización saludable, pues provee el tono de cómo una empresa funciona y se comporta tanto interna y como externamente, convirtiéndose en un aspecto operativo clave.
En nuestro país, el Código de BCG contiene recomendaciones estructuradas cuyo propósito es el de proteger tanto a la empresa como a aquellas personas que se encuentran relacionadas con ella, ya sea en su calidad de accionistas, funcionarios, empleados u obreros; o por la influencia que la empresa ejerce sobre sus diversos grupos de interés. Esta protección se ve cristalizada por medio de una serie de medidas que buscan salvaguardar los intereses de dichos stakeholders, tales como:
Como puede apreciarse, un enfoque proactivo con respecto a la implementación de un buen modelo de BGC “hecho a la medida” de nuestra organización es la receta para el éxito y la sobrevivencia empresarial. Recordando a Erskine Caldwell: “Un buen gobierno es como una buena digestión; mientras funciona, casi no la percibimos”.